La edad de la inocencia, de Edith Wharton, es una obra maestra de la literatura estadounidense que retrata con precisión y profundidad la aristocracia neoyorquina de finales del siglo XIX, concretamente la década de 1870. A través de una prosa elegante y penetrante, Wharton disecciona las rígidas estructuras sociales de una época en la que las apariencias, las convenciones y el deber familiar primaban sobre los deseos individuales.
La novela se centra en Newland Archer, un joven abogado prometido a la dulce y convencional May Welland, representante ideal de la alta sociedad de Nueva York. La llegada de la condesa Ellen Olenska, prima de May, introduce un elemento de disonancia en ese mundo cuidadosamente regulado. Ellen, que ha escapado de un matrimonio fallido en Europa y regresa con ideas modernas y un espíritu independiente, desafía abiertamente los códigos sociales del entorno que la rodea. Su presencia y actitud despiertan en Archer un conflicto interior profundo entre el deseo de libertad y la lealtad a su clase y a su prometida.
La novela no solo es un retrato de un triángulo amoroso, sino una crítica sutil pero implacable a una sociedad que asfixia la individualidad en nombre del decoro y la tradición. Wharton, quien fue la primera mujer en ganar el Premio Pulitzer por esta obra, utiliza la historia personal de sus personajes para poner en evidencia la hipocresía, la represión emocional y la rigidez moral de su tiempo.
La edad de la inocencia es una reflexión lúcida sobre el precio de la conformidad y la tensión entre lo que se espera de nosotros y lo que realmente deseamos. Su vigencia y relevancia perduran, haciendo de esta novela una obra fundamental en el canon literario occidental.